sábado, 6 de febrero de 2010

141

Te escondes como si
el cazador realmente
quisiera darte caza.
El lleva a la reina
un corazón de venado,
la fiebre amordemivida
pone caducidad a estas 
manos que te mimaron
encadenadas con 
cadenas de madera,
a una mente que desborda
a un amor que no te olvida.
Meterte el dedo en la carne
de la panzita y hacerte
reir hasta que te duelan
los cachetes y las muelas.
Abrir las selvas,
construir castillos,
cumplir promesas.

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