sábado, 19 de mayo de 2012

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¿pueden ser bellas las palabras nacidas del hastío?
¿es lícito poner en este poema:
me vendría bien un corte de pelo
este fin de semana estudio
al final el colectivo vino rápido?

lo apreciaría el gigante gris
que a los jalones
arrastra mis pies
en la vuelta a mi casa,
lo leería ese gigante de luna y niebla?

¿lo leería en el tren,
el fantasma que mantiene mi cabeza gacha
que hace que mis ojos duelan en la cama
que mis manos muden su piel?

ser serpiente y atinar
a escupir veneno al soldado inerte
movilizar al desalentado
ser serpiente y resucitar
a Lázaro, y darle manzanas.

somos las serpientes
somos nuestras tentaciones
y hay quienes viven y festejan
a nuestras expensas
y ellos no trabajan.
pero nosotros
nosotros somos las serpientes.

Pero yo estoy harto de ser un reptil
de andar sigiloso entre las baldosas
quiero pasión de una vez
quiero picante y sensación
sangre y furia.

estoy harto del letargo
del reducto y del refugio urbano
inventado en esta ciudad
dónde las ochavas son camas
de quienes viven
quizás más que yo.

estoy harto de los mesías
de las sectas y sus discursos,
harto de los fanáticos
harto de los filósofos.

Es en medio de este sin sabor
en dónde quién interroga ha desaparecido
y se reitera la pregunta
sola en el éter:

¿pueden ser bellas las palabras nacidas del hastío?

No lo sé,
tal vez lo sean,
estoy cansado.

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