sábado, 26 de mayo de 2012

444



Se mezcla la palabra en el sonido
se disuelve la vibración
en el pensamiento
y la cadena de oro
nos tira hacia arriba.

Entonces se detiene el mundo
y caen las lágrimas del cielo
como lluvia de flores,
los mil colores
que brillan en el ojo
se guardan en el corazón

es entonces cuando
la férrea convicción
que en inmutables soles
se hace verdad y se muestra
aurora, desnuda, eterna:
la certeza de que hay
un sólo amor
de dos que se quieren.

Dios
el amor de dos,
de dos personas,
en cada cuerpo,
eternos siempre.

Todos nosotros
somos su sueño.

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