lunes, 19 de diciembre de 2011

390

La planta de albahaca
que vive en mi jardín
es hermosa.

ella es la búsqueda del signo
en al vacuidad del siglo XXI.
bocas hambrientas de poesía,
estomagoshambrientos
de polenta,
de arroz,
de fideos.

ella es este amor
que tiene mucho que ver con los cereales,
la base de su dieta es avena Quacker
y la base de su espiritualidad
también es muy cercana
al Quackerismo.

ella es por definición
latina y joven,
tanto como neoclásica y oriental.

ella ess un espiral de contrastes
y sobre todo
una honestidad sin nombre
que en el medio del lodo
de la promiscuidad estéril
hace crecer flores
en las villas.

ella es imprenta clandestina
y olla popular,
pero también es gnosis,
sociedad secreta y logia.

ella es la comunión de los santos
y el perdón de los pecados,
pero también es los parques,
la calle y el polvo.

ella es como ensuciarse los pies
y meterse en la cama,
no por rebeldía infantil,
sino por la gloria de la incomodidad.

ella es la conquista de uno mismo,
la cual se alcanza duchándose
cada día con agua un poco mas fría.

ella es frutas, frutas y sólo frutas.
Quizás flores,
pero sobre todo frutas.

ella es el retorno a las grandes epopeyas,
pero no para adorarlas,
sino vivirlas.

ella es rebeldía pequeña,
revolución silenciosa.

ella se pinta de colores pastel
y hace una guerra a la guerra
cantando Hare Krishna.

ella reza todas las noches
por las prostitutas vírgenes,
por las travestis adolecentes.

ella es renuncia,
dignifica la pobreza,
ella es teologa de la liberación.

ella es la virtud de la entrega perfecta,
como película, es una independiente
y como palabra, es una oración:

sólo el amor salva.

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