miércoles, 29 de septiembre de 2010

216

Dios veía a los hermanos Wright,
y sonreía con ternura.
Sólo cantando se llega al cielo.

lunes, 20 de septiembre de 2010

215

contra el ocaso ella canta
una vieja canción quechua,
su silueta se dibuja
contra el cielo azafrán.
contra el dolor de esta vida
nada mejor que cantar.



"Una flor de la cantuta
en el río se cayó
púsose contento el río
su perfume se llevó.

Una flauta de pastor
en el río se cayó
púsose contento el río
y su música llevó.

Una lágrima de niña
en el río se cayó,
púsose contento el río,
cristalino se volvió.

Esa lágrima, esa flor,
y la flauta del pastor,
pusieron contento al río
que ya no los devolvió."

214

mi pregunta en tus ocasos
realmente tu permites
que aflore la duda
en las noches de mi ser.
pregunto el por qué
y no encuentro respuesta
pero encuentro tu nombre
y encuentro tu forma.
Pues todo es como debiera ser
y me reconforta saber
que incluso dudándole
a ti te dudo,
y sólo en ti pienso.
Gracias Maha-Vishnu
por permitirme ofenderte
por hacer que te insulte
por dejarme perderte.
Pues si el Señor Yama-Raja
me encuentra cantando
tus nombres preciosos
hacia ti iré.
Y si el Señor Yama-Raja
me encuentra sumido
en la oscuridad de la duda
relativizando tu ser,
en mis pensamientos aún estarás
y hacia ti iré también.

213

veo tus pies de piel de durazno,
ellos son mi ancla a la realidad.
los veo cuando los ojos cierro
y logro calmar el sensual mesmerismo.
misma mi mirada no quiere irse
de la sublime imagen de tus pies descalzos,
que son mi bastón en la vejez
y mi escudo en la tormenta.
los veo adornados,
untados en perfumes frutales,
casi elevarse por sobre el loto
que tus pies sostiene,
que tus pies son.
en tus pies tomo refugio
a tus pies me postro
y mi corazón pequeño
llora tu separación.

212

Pensé por años partir
hacia dentro del libro
besar el Ganges
vivir de hambre.
Sabes que Bambi
en el libro original
no era un ciervo
sino un escorzo;
y que el autor de Alicia
en el país de las maravillas,
no fue Lewis Caroll,
sino un científico,
el lógico Charles Dugson.
Mira la verdad no puedo ver
que creas esto que no es más
que un sueño sutil
que se muere en los días.
Acá la sucesión de curiosidades
y el océano de lechuzas
que me miran mirarte en mi mente
que me impiden mentirte en el recuerdo
y que no me dejan escribir
con este corazón que ya está
listo para cantar
o para comer avena
o quien sabe cuantas cosas.