lunes, 11 de febrero de 2013

500


Nos llevamos a la boca
amargos pedazos de conciencia
mientras una luz argenta Y diáfana
se cuela entre las ojas de la parra.

El patio de palermo
se ilumina con luz de luna
los cuerpos bailan
mientras busca al Diospezón
que encarna en un temita,
en una droga nueva
o un par de zapatillas.

cuarenta o cincuenta centímetros
por ensima de sus cabezas
los fantasmas
se besan unos a otros
chupandose los labios
saboreandose desesperadamente
los orificios sagrados.