lunes, 20 de junio de 2016

661

recorro los espacios entre los dedos
presentifico la vivencia
veo en mi memoria los espacios
y pienso en todos nosotros
descubriendo el pulgar oponible
pienso en pianos
pienso en piezas de piedra
talladas por manos
tan parecidas a las nuestras.

pongo la mano contra el sol
y veo los espacios y pienso
en tus espacios y en tus manos
tomadas de las mías
justificando el darwinismo
con los dedos entre
otros dedos entre
vos y el cielo
no hay nada.

660

los reyes no son los padres

tampoco eran tres,
eran muchos,
matemáticos y místicos orientales,
astrónomos y geógrafos
científicos y políticos
persas, iranios
indostanos.

hoy todos ellos
son estrellas.

entendieron
todo lo que hacía falta entender:

que el hombre es polvo de astros
y que la verdadera patria
es la vía lactea.

659

uno se da cuenta de que es hindú
cuando esta investigando en internet
en la madrugada de un domingo,
cómo adoptar una vaca.

uno no elige ciertas cosas
es mas divertido creer que existen
los determinismos poéticos
que nos obligan a
vivir la vida como arte

podría haber sido Viracocha
o Allah, Yaveh, Oxum u Odin

a mi me toco Vishnu
y a él le entrego
mis pensamientos
mis palabras
mis actos.

(Llega dentro de cinco a diez
días hábiles
la voy a llamar "Ushas",
que significa "Aurora",
pero en sánscrito.)

658

y al morir, moriré como ciudadano
de un estado-nación moderno
e hijo del continente de Abya Yala
mi bandera es el sol de Mayo
el de los Incas y los criollos
eso sólo me parece suficiente
para justificar la realidad
de mi existencia.

Soy un tripulante de la tierra
y mi estandarte es el sol
la puerta a nuestra galaxia.

Larga vida a la vía lactea.

657


abrir la puerta de tu casa
y encontrar una, tres,
nueve cotorritas
saludándote y recordándote
las cosas importantes

hacer el amor

comer más fruta

vivir siempre ebrio de sol

656

La eterna religión de la naturaleza
podría llegar a ser una psicología
si la entendiéramos como
la investigación de una psique,

quizás de una mente universal
o un correlato de vivencias,
o tal vez la eyección
a la existencia.

Somos, existimos,
y no se trata de una ingenua afirmación
frente a la finitud o la nihilidad,
sino el recuento de lo que se da.

La eterna religión de la naturaleza
no busca negar la muerte
sino afirmar la vida.