miércoles, 18 de enero de 2012

405

Preguntame si me voy
entonces diré que no,
que me quedo yo aquí esta noche
a ver a los mostros del pueblo
a buscar los duendes cerca del arroyo
bajo el puente donde todo tiene
el color de un gris cansado y viejo.

Preguntame si me voy
entonces te diré que no
que me quedo a buscar a la china que me chamuye
que me venda los yuyos para el amor
y que me venda el amor después de los yuyos.
que me susurre al oído después del pecado
que todo es cierto, cualquier gualicho,
cualquier embrujo es cierto
que la magia es ciencia.

Preguntame si me voy
entonces te diré que no
que me ausento un día tan sólo
me voy a llevarle flores a la virgencita,
a rezar un rosario de frutillas
a reir un rato.

Me voy tan sólo un día al pueblo
porque para creer en Dios,
primero hace falta
comprar las velitas.

404

faltan monedas para la una
faltan aun mentiras para la una
tenemos tiempo todavía
para hundir nuestros dedos
en el misterio
en la cacofonía
en la materia.

Tremendo tango y termina siendo
al final tan simple y tan tonto:
tantear los bolsillos
en busca de algo redondo
para insertar en tu pecho
y darte vida de nuevo.

viajar adentro de los bolsillos
y encontrar un pedazo de carbón
y dibujar un circulo sobre tu frente
un círculo sobre tu cuello
un círculo sobre tu vida
un círculo sobre tu vientre.

darle al fin a tus brazos
a tus brazos y a tu espalda
una infinita eternidad redonda
un tiempo último.

Permitirte encontrar en mis ojos
a tu propia mirada mirándote
mirá dentro de mi,
a tus vivos y a tus muertos
y entendé de una vez por todas
que para volverte inmortal
primero hace falta
dejar de nacer.

403

Fiel al tiempo del silencio,
que me obsesiona firme
y se pasa lento,
escribo.

Una rima aniñada,
la búsqueda de la parola perfecta,
de el idioma del Dante.

Me siento nene hoy buscando,
me sentí niño que ya no es hoy
que ya es tarde.

Y la busco, la busqué,
al tiempo no lo entiendo.

Enfermo y obnubilado
busque a la palabra
en cada palabra del actor
en cada película lenta.

La zamba de lo eterno
que me obsesiona y me hace ir
al templo del sol los domingos
para enamorarme siempre;
pero se disuelve rápida,
se me escapa ágil,
toda certeza de perfección.

y lo busco, lo busco
al tiempo perdido
a la sombra de las muchachas en flor,
en cada silencio del príncipe,
También en la cara de flaubert,
no en sus libros.

En sus bigotes,
sus bigotes de capo,
de flaco que entiende.

Como el señor de la librería ocre
que también entiende un poco
a la milonga de los 4 minutos,
que se sale corriendo de la radio
antes de que se terminen las pilas
al chan-chan y al fin
a la palabra FIN escrita
con letras grandes y blancas
sobre un fondo negro e inmenso,
que se parece tanto al cielo.

402

Escucho esta noche
el bramido del fantasma entre los pinos
lo siento espiar mi desnudez,
hurgar en mi falencia,
notarme la carencia
y besarme los errores.

¿Con qué intención ha vuelto?
¿Por qué razón mi negra?
¿Qué querrá esta vez?

Quisiera comer tus pies
para que no te vallas nunca
y me protejas de la sospecha.

Que me protejas a mi
al adulto decidido poeta
por causas de fuerza mayor,
que no guardar rencor
pero muerto de espanto
esta esta noche.

Es que creo en todo
es ese mi pecado,
seguro ese me condenará;
me hiela la sangre
la opinión del espectro,
no cumplir sus espectativas.

Y es que se que a veces escribo muy mal
pero como un boludo pienso
que Disney tenía razón
y que si sigo mi corazón
algún habré de hacer
aunque sea éste postrero.

Mi consuelo es que vos estas ahí
enroque de rapsoda,
barda bardera,
para decirme:

Que no existe el aparecido juez
y es sólo el viento bailando en los árboles
el ruido que escucho;
el resto lo invento.

401

ojos verdes quién te trae
a esta antesala de la jungla
quién te dijo que vengas
y que inundaras de fuego
las casas viejas
en las que vivimos.

Piel de oliva
verdad mestiza
casi mentira.

Aún es temprano
no despunta el alba de mis años
no madura el fruto de mis manos.

Aún no llegan los rescatistas
los pacientes esperan pacientemente
y los impacientes ya se han ido.

pero todos gustaron un poco
del caos de tu belleza caoba.

y entre los pacientes
quedo yo solamente atento,
atento a vos preguntándote
¿a vos quién te trajo acá?

A esta estación destartalada,
a este pueblo dónde somos cien
pero somos dos, yo y vos,
y los burros por delante
nuestro,
pastan.

¡Hay ojos verdes!
Me matan tus ojos
aquí en Lima,
me matan...
limón.

¡Hay hembrita haitiana!
¡Caribe perfecto!
Virgencita de Itatí
monzón de milagros.

No me intereza quién te trajo a este mundo
vamos juntos hacia dónde vallas vos.