De repente siento
ganas de llenarme
las orejas de madera
de clavarme espinas
de coser mil frutas a mi piel.
Mutilarme y despeinarme
transformarme en planta
en barro, en árbol.
Llenarme de collares
y pintarme la piel
con cenizas.
Prender fogatas
y sembrar
y sembrar
y sembrar.
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