A montes de brutas cumbres
mis palabras invisibles
se consagran a perdonar
pelar las uvas, pelar las pipas
sentirme noble
en este colchón de flores
lleno de flores
con flores estampadas
en que los labios estos
y estas barbas
buscan tus cachetes,
para no morir en el cohete.
Todo se vuelve barrio
y mi pulgar en tu boca
es la llave de un erotismo
perverso, desquiciado y hermoso
que te extraña nacer
desnuda en arena
y extraña sentarse
con vos en un banco
en el colegio
secundario.
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