sábado, 13 de marzo de 2010

155

No se tus razones
que nos duelen a los dos
pero peso tus formas 
las siento pesadas 
en mi mano. 
No me alcanza para entender  
que tus besos que no me das me salvan 
de ser flores viejas 
y mamás que lloran. 
Te siento golpear fuerte
como algo que cae de muy alto,
y hace ruido.*
Te desparramas y me das besos sin boca
en el cuello, los hombros,
sos como una lluvia de hierro
firme, sonora, casi imaginaria.
Aunque no estés por ningún lado  
te siento como la vida siente al sol 
el día veintinueve de febrero. 
Cada cuatro años apareces 
y seguís siendo todo.

*(por lo menos adentro mio)

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