No se tus razones
que nos duelen a los dos
pero peso tus formas
las siento pesadas
en mi mano.
No me alcanza para entender
que tus besos que no me das me salvan
de ser flores viejas
y mamás que lloran.
Te siento golpear fuerte
como algo que cae de muy alto,
y hace ruido.*
Te desparramas y me das besos sin boca
en el cuello, los hombros,
sos como una lluvia de hierro
firme, sonora, casi imaginaria.
Aunque no estés por ningún lado
te siento como la vida siente al sol
el día veintinueve de febrero.
Cada cuatro años apareces
y seguís siendo todo.
*(por lo menos adentro mio)
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