la revolución silenciosa
debajo de las baldosas
la presión es insoportable.
las veredas nuestras
se vuelven selva,
vos te volvés hembra,
y todos los jóvenes
araviezan sus cuerpos
con lápices de colores
Ni la vacuidad siniestra
del neoateismo neoliberal
puede amargarnos el día.
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