que no me alcanzan las horas
para peinarlos con gel
ponerles el guardapolvo
vestirlos con prolijidad.
siempre se me hace tarde en la tarde
y se me nace de cualquier lado
la noche demasiado temprano.
que cadencia, que oscuridad
que osadía es esta
que de la ola
siempre quiere ser la cresta
y de la primavera las flores
para enternecer a los estudiantes
embarazarnos todos
el veintiuno de septimbre,
y parir a los futuros
asesinos del imperio.
después la pregunta:
¿Por qué escribir?
porque todo es juego
y las palabras son parte
alguien me las dicta
desde un lugar que
nadie puede entender.
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