solo un hombre
no puedo matar al tiempo
y el nogal ya ha estirado
sus ramas sobre el abismo,
hoy esta seco y grave
y los tomates
se han podrido.
ya el otoño desnudó al cerezo
que es esta vida
que también es un poco tuya
pero mas que nada
de la cadencia asesina
y de los almanaques flacos.
ya la luna caerá al fuego
lo se porque lo siento
aquí dentro de mi.
Por lo menos los que quiero
habrán dejado sus cuerpos antes
y conservaran intacto
el embriagante recuerdo
de su gloria plateada.
y tras el fin del pan
y tras el fin del cielo
cuando triunfante entre
en la ciudadela de oro,
imperante la verdad
me hablará al oído
para decirme:
recuerda que morirás.
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