Se me llena el
pecho de plomo
plomo pesado
paulatinamente
pero sin pausa
paso a ser
otra vez,
apenas,
una chispita
casi ausente
carente de
pasión.
Ni la sombra
ni el sombrero
de lo que
no llegue a ser.
No se si
me importa mucho,
peor tengo que aprender.
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