Nos quedamos hasta la noche
repasando los hallazgos
de philosophes que vivieron
las noches de lustros
ilustres, en el París
i-lu-mi-na-do
de las luces.
Salimos a la mañana
cuando todavía estaba oscuro
a comprar cereales
para desayunar.
Amados hasta los dientes,
por las dudas.
si me vieras me dirías
que mis poemas
ahora parecen cuentos.
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