viernes, 16 de abril de 2010

180

Como arrancarte de raíz si no se bien
dónde terminás y dónde empiezo,
nos entretejemos húmedos
impregnados de viscocidad divina,
eros de mañana, ethos de ser.
El cielo ruje cuando lo intento
y el aire se llena de olor a melón y luna.
No querés separarte de mi;
quizás es imposible 
y todo realmente es bello
la antártida celeste 
y los cielos anaranjados
los gorriones y tus pechos
chiquitos, diminutos.

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